Amelia Richardson
Testigo en la investigación judicial sobre Annie Chapman.
(También conocida por la prensa como Emilia. En el censo de 1892 aparece como Ann).
Nacida en 1892 en Spitalfields, viuda de Thomas Richardson y madre de John Richardson.
Registrada en la guía como ocupante del 29 de Hanbury Street, inquilina de los dos primeros pisos de la casa. Vivió en la primera planta, en la habitación de enfrente con su nieto de 14 años de edad, Thomas Richardson y usaba el sótano y el patio para almacenar las cajas con la mercancía de su negocio. Ella era asistida por su hijo y un hombre llamado John Tyler.
Se enteró del asesinato sobre las 6.00 AM, el 8 de septiembre de 1888, por un disturbio ocurrido en el pasillo que conduce al patio de atrás.
Inicialmente, creyendo que la casa podría estar en llamas, su nieto bajó las escaleras y volvió poco después diciendo "¡Oh, abuela, ahí fuera hay una mujer asesinada!" La señora Richardson fue al patio para ver el cuerpo, pero como no estaba apropiadamente vestida regresó a su habitación. En ese momento la policía tomó posesión de la casa.
En la investigación fue convocada más de una vez para testificar en el East London Advertiser (15 de septiembre). Señaló, que muy a su pesar, ella permaneció de pie. "Habría sido mucho pedir ofrecerle una silla, considerando su avanzada edad." Pero esta pequeña atención no le pareció del todo necesaria al oficial.
La señora Richardson permaneció en el número 29 hasta 1895, posiblemente fecha de su muerte.
Testigo en la investigación judicial sobre Annie Chapman.
(También conocida por la prensa como Emilia. En el censo de 1892 aparece como Ann).
Nacida en 1892 en Spitalfields, viuda de Thomas Richardson y madre de John Richardson.
Registrada en la guía como ocupante del 29 de Hanbury Street, inquilina de los dos primeros pisos de la casa. Vivió en la primera planta, en la habitación de enfrente con su nieto de 14 años de edad, Thomas Richardson y usaba el sótano y el patio para almacenar las cajas con la mercancía de su negocio. Ella era asistida por su hijo y un hombre llamado John Tyler.
Se enteró del asesinato sobre las 6.00 AM, el 8 de septiembre de 1888, por un disturbio ocurrido en el pasillo que conduce al patio de atrás.
Inicialmente, creyendo que la casa podría estar en llamas, su nieto bajó las escaleras y volvió poco después diciendo "¡Oh, abuela, ahí fuera hay una mujer asesinada!" La señora Richardson fue al patio para ver el cuerpo, pero como no estaba apropiadamente vestida regresó a su habitación. En ese momento la policía tomó posesión de la casa.
En la investigación fue convocada más de una vez para testificar en el East London Advertiser (15 de septiembre). Señaló, que muy a su pesar, ella permaneció de pie. "Habría sido mucho pedir ofrecerle una silla, considerando su avanzada edad." Pero esta pequeña atención no le pareció del todo necesaria al oficial.
La señora Richardson permaneció en el número 29 hasta 1895, posiblemente fecha de su muerte.